"No es suficiente saber, también hay que aplicar. No es suficiente querer,también hay que hacer" - Goethe

lunes, 24 de junio de 2013

¿Cómo rellenar tu depósito de energía?


Sé muy bien lo que es siempre tener prisa, dedicar poco tiempo a si mismo, al descanso y a la diversión, ni más ni menos que sentirte sobrecargado y sin fuerzas para seguir con tus tareas diarias (si tú no lo sabes, permíteme que te felicite) y por eso, voy a compartir contigo 5 formas diferentes y rápidas, que a mí me funcionan, para llenar tu depósito de energía, cuando sientes que la falta de esta misma te influye negativamente en tu trabajo, en tus relaciones o en alguna otra área de tu vida, que requiere que estés al máximo de tu rendimiento.


  1. Reír  o/y cantar



Estés donde estés y hagas lo que hagas, reír y cantar es una forma divertida y muy eficaz para salir de un estado de ánimo desfavorecedor y entrar en uno deseado. Si te sientes presionado, agobiado o molesto, busca una canción en tu mente, la que te trae buenas sensaciones y cántala en voz alta o si no es posible, sólo para ti mismo y verás como tus preocupaciones se esfuman, mientras una pequeña sonrisa aparece y cambia tu rostro. Además, hace unos días leí en un artículo de neurobiología, que es imposible sentir miedo mientras cantamos. Por eso baja uno por las escaleras del sótano cantando o canturreando y no para asustar a los ratones. Sin embargo, creo que nosotros, los adultos tenemos miedos más terroríficos que el temor a la oscuridad, ¿por qué no probar pues, si este arma puede con ellos?

 En lo que se refiere a la risa, pasa lo mismo, además la risa provoca risa, es altamente contagiosa, así que no sólo te sube el ánimo a ti mismo, sino también a los que están a tu alrededor.

Hay una frase que me encanta, la cual voy a compartir contigo sobre la risa.

“¡Venga a sonreír! No desde la mañana hasta la noche continuamente, por supuesto, pero deja que la risa esté presente en tu interior – listo para cualquier eventualidad- para brillar /encandilarse cuando quiera. Porque estoy convencida, que la sonrisa siempre trae un poco de luz a nuestras vidas y a las de otros también. Poquita luz, sin embargo sabemos, que muchos pocos hacen mucho.”


  1. Pensar en un recuerdo alegre, en sentimientos positivos



Todos vivimos momentos inolvidables de alegría y felicidad a veces y gracias a que realmente somos unos “sistemas humanos” perfectamente diseñados, estos recuerdos ocupan un lugar privilegiado tanto en nuestra mente consciente como en la inconsciente. Lo único, que te puedo sugerir, es que los uses cuando quieras. Están para revivirlos, a tu alcance, a tu disposición, sólo tienes que evocarlos. (La mejor manera de hacerlo es creando un anclaje,  que te permite colocarte en el estado de ánimo adecuado, de manera consciente, dónde y cuándo tú quieras, pero esto si quieres, ya lo aprenderás en las sesiones de coaching conmigo;) En vez de usar el mismo recuerdo positivo, yo siempre procuro buscar en “la biblioteca de mis recuerdos” los opuestos correctos (tristeza-alegría, desesperación-ánimo, desprecio-reconocimiento, incapacidad-poder/capacidad, etc.). Es decir, si me siento agobiada, busco un recuerdo exactamente con el sentimiento opuesto: en este caso un recuerdo, donde experimenté la sensación de alivio de un problema, la liberación de alguna preocupación y la dulce satisfacción justo después.


  1. Dar las gracias, por lo que te sientes agradecida


Te propongo un reto. Un día (y por qué no hoy), intenta contar las veces que tú y /u otras personas se quejan de algo, y las veces, en las que dan las gracias por lo que tienen o lo que les ocurre a lo largo del día. El resultado, probablemente, te va a sorprender. Yo, antes de establecer la costumbre de dar las gracias todas las mañanas por cada persona, acto, palabra, sentimiento, etc. que me hace la vida más feliz, los conté. El balance fue: 103 quejas y solamente 15 agradecimientos, con las fórmulas de cortesía hacia otras personas incluidas en un día normal y corriente. Sin embargo este día se convirtió en una fecha muy importante para mí, porque desde este momento, decidí percibir las cosas buenas (hasta las más pequeñas) y apreciarlas, expresando mi gratitud en voz alta siempre cuando podía hacerlo. Es algo fácil y te sube considerablemente tu nivel de satisfacción cotidiano.


  1. Darte un premio 
¿Cuántas veces recibes un premio- sea expresado en palabras, tiempo o en dinero- en tu trabajo por resolver un problema o hacer un esfuerzo extra? ¿Cuántas veces  tu familia reconoce y te agradece de encargarte de las tareas domésticas? Espero que lo hagan siempre que lo haces, pero si no es así, en vez de sentirte despreciado, date tú mismo el premio merecido. Después de un duro día de trabajo, sal con tu pareja a cenar o solamente da un paseo para tomar el aire; después de hacer deporte, date un buen baño o regálate un masaje relajante; después de tantas horas delante del ordenador, ve a una exposición de arte o al campo para descansar los ojos y la mente. En pocas palabras, quiérete, mímate a veces, principalmente, cuando nadie lo hace por ti. Créeme, vale la pena, porque mereces, que alguien cuide de ti, empezando por ti mismo.

  1. Actuar enseguida

El tiempo pasa y no se fabrica más, al igual que las oportunidades, si no eres lo suficientemente rápido para aprovecharlas. Mi estrategia para sentirme productiva, se compone de tres factores: planear, visualizar, actuar. La clave sin embargo no está solamente en cuáles son, sino en la proporción entre ellos. Si paso demasiado tiempo planeando lo que quiero lograr, las oportunidades pasan a mi lado, sin darme cuenta siquiera y mi plan perfecto siempre será solo un plan. Si planeo mi meta, y empiezo a visualizar y visualizar y visualizar, viviendo realmente el momento de lograrlo varias veces al día, pero sin dar un sólo paso hacia el, entonces lo único que podré conseguir, será una visión bella y detallada, la cual jamás se convertirá en un logro. Parece pues, que estos tres factores sólo son eficaces juntos y lo más importante de ellos es la acción. Claro, sin plan y sin saber cómo voy a ejecutarlo, diría que es un poco precipitado actuar. Sin embargo, yo estoy a favor de la acción, porque una persona decidida muchas veces sólo descubre los pasos necesarios y las mejores soluciones ya estando en movimiento, ya emprendiendo la acción. Yo, por mi parte, antes quiero arrepentirme de algo, lo que hice para alcanzar un sueño, que arrepentirme, de lo que no hice, y más aún de ni siquiera haberlo intentado.



No hay comentarios:

Publicar un comentario