Me gusta observar a la gente. Somos increíblemente diferentes y al mismo
tiempo nos parecemos tanto a veces. Cuando llegué a la conclusión de que no
conozco ni a mis familiares, ni a mis mejores amigos, -a pesar de que antes
creía conocerlos como a la palma de mi mano-, entendí, que yo era la única
persona, que podía llegar a conocer de verdad, y que conocer tanto a los demás sería imposible.
Y no es por no prestar atención o por no comprenderlos, sino por la simple
razón, que -como la palma de mi mano-, ellos también están en procesos de
cambio continuos, los cuales desde fuera a veces se pueden percibir, pero jamás
se pueden convertir en experiencias propias.
Empecé a buscar pues el camino hacia mí mismo y uno de los primeros
ejercicios de autoconocimiento que hice, fue “El auto en que viajo”. Si estás
empezando a descubrir tu esencia, creo que este ejercicio te va a gustar y te
podrá ayudar a tomar consciencia y reflejar tu ser (o al menos las ideas que
actualmente tienes de ti mismo) en el espejo de tu propia mente.
Te sugiero que pidas a alguien que te lea el siguiente texto, para que
puedas sumergirte en la experiencia, dando vía libre a tu imaginación,
creatividad y emociones.
¡Que lo disfrutes!
Objetivo:
·
Tomar conciencia de tu situación actual, estado
físico-mental y del viaje que quieres recorrer
·
Dejar libre la creatividad
·
Reflexionar sobre ti mismo y tus objetivos
Preguntas de apoyo para la
imaginación:
·
¿Cuál es mi destino final del viaje? ¿Lo sé o voy improvisando sobre la
marcha? ¿Llevo mapa, voy pidiendo indicaciones, me la paso perdido o sé
bien hacia dónde voy?
·
Si yo mismo fuera el vehículo que me llevará a mi destino… ¿Cómo es ese
vehículo y en qué estado está? Viejo, nuevo, de carreras, clásico, deportivo,
familiar, chocado, equipadísimo, le faltan o están dañados los faros? En qué
estado están los frenos, neumáticos, parachoques, asientos? ¿Tiene
suficiente gasolina, agua y aceite? ¿De qué color es? ¿Lleva bolsas de
aire por si hay algún accidente imprevisto? ¿Tiene aire acondicionado o calefacción
para hacer el viaje más placentero? ¿Qué música escucho durante el trayecto?
·
¿Quién conduce el auto? ¿Soy conductora o copiloto? ¿Voy en el asiento
trasero o en el maletero, sin saber siquiera a dónde me llevan?
·
¿Voy disfrutando del paisaje y avanzando a una velocidad cómoda, o me
dirijo a toda prisa al destino sin fijarme en nada y arriesgando la aventura
por un accidente? o Por el contrario, ¿avanzo tan lento que parece que no voy a
llegar jamás?
·
¿Cómo es el trayecto hacia mi destino? Recto, en círculos, zigzag, lleno
de curvas y pendientes pronunciadas, baches, iluminado, oscuro, lleno de
señalizaciones y apoyos, desierto, con un paisaje agradable, seguro, peligroso?
·
¿Qué y a quién necesito para hacer de este viaje lo mejor posible?
¡Reflexiona!
¿Hasta qué
punto conoces a ti mismo? ¿Y hasta qué punto estás dispuesto a conocerte?