No voy ni siquiera
a intentar definir la felicidad visto que tanta gente desde grandes poetas,
hasta famosos filósofos se aventuraron a hacerlo en vano, ya que la felicidad
es algo totalmente subjetivo y personal. No puede ni debe significar lo mismo
para mí y para ti, tú debes tener tu propia definición de lo que es felicidad
para ti en cada etapa de tu vida, al igual que yo. Y en el caso de definirlo
casualmente con las mismas palabras, el sentimiento que estas activan, lo que
entendemos como felicidad, será totalmente distinto en ambos casos y ni yo, ni
tú podremos nunca jamás experimentar lo que significa para el uno y el otro.
Por eso, como nadie interpreta la felicidad exactamente de la misma manera como
tú, nadie puede hacerte feliz, sino tú mismo y justamente por eso te sugiero,
que empieces a vivirlo desde dentro, proyectándolo hacia fuera. ¿Te has dado
cuenta? He dicho VIVIR, lo que supone acción cumplida y decisión en vez de
BUSCAR, porque si buscas algo (y usas esta palabra), automáticamente colocas el
objeto de tu deseo (en este caso la felicidad) fuera de tu alcance, a una
distancia, que te permite verlo y perseguirlo, pero no alcanzarlo.
Vivimos la vida
estando equivocados en creer, que la felicidad es una opción. Sin embargo si
sólo por curiosidad, te permites creer, que es una elección y la eliges nada
más empezar el día y sigues tomando conscientemente la misma elección cada vez
que surge una situación perturbadora, ya estás dando pruebas de un alto nivel
de Inteligencia Emocional y estás caminando hacia el logro de un gran bienestar
de vida.
¿Sabías, que la
primera causa por la cual no podemos convertir nuestros sueños en realidad, es
porque los queremos conseguir YA? Demasiadas veces nos pasa, que estando en la
puerta del éxito, decidimos retirarnos, simplemente porque estamos
acostumbrados a ser increíblemente impacientes. El cambio, el periodo de
transición a veces tarda un poco.
Tómalo con calma,
paso a paso, no tengas prisa ni miedo a equivocarte o dejarte llevar por otras
emociones, ya que los errores forman parte del éxito.
Pero sé atento,
obsérvate y una vez que ya seas capaz de reconocer con seguridad el momento
exacto, en el que aparece la posibilidad de elegir entre enfadarte o no,
sentirte ofendido o no, tomarte algo a pecho o no, preocuparte o no, etc.,
llegará el día, en el que sin esfuerzo alguno, simplemente optarás por la
alegría, la despreocupación, la felicidad siendo consciente de ello.
Mientras tanto,
practica, no dudes en felicitarte si has hecho una buena elección y no te
castigues si tus emociones negativas momentáneamente han podido contigo. Sé
persistente y paciente contigo mismo y disfruta de tu nuevo hábito, que ahora
mismo estás estableciendo y que se llama felicidad.