"No es suficiente saber, también hay que aplicar. No es suficiente querer,también hay que hacer" - Goethe

lunes, 30 de septiembre de 2013

¿Cuánto vale tu tiempo?


El tiempo para mí siempre ha sido “mercancía escasa”, lo que apreciaba y por eso desde tener uso de razón consideraba como mala educación y falta de respeto llegar tarde a una cita o hacer perder el tiempo a otra persona con charlas interminables, distracciones o de cualquier otra manera. El tiempo es totalmente relativo y me encanta sentir que vuela, porque esto significa que estoy haciendo algo que me gusta realmente y me permite sentir la sensación de “flow”, donde no hay tiempo, sólo concentración y profundización extraordinaria, sea en el trabajo o en mi vida privada. Por eso me cuesta terminar mis clases de equitación a tiempo y por eso a veces pueden parecer sólo minutos las horas de duración de una buena película. Las personas de éxito parecen estar siempre ocupadas, saben perfectamente, que “su tiempo es oro”, y por eso ellos piensan a menudo acerca del tiempo y lo miden de forma diferente.

Una manera posible de medir el tiempo, es medirlo en dinero. El tiempo es dinero, decimos a menudo y es cierto, que el capital tiempo es nuestro mayor valor, en el sentido en que no se puede pedirlo prestado, ni atesorarlo, sólo es posible emplearlo bien, lo que jugará un papel importante en el éxito o fracaso de nuestra vida.

No organizar, muchas veces es desperdiciar inútilmente el tiempo. Usamos la frase “No tuve tiempo” más de la cuenta para justificar fracasos, mientras no se trata de no tener, sino organizarlo y distribuirlo mal.

Por eso, en lugar de agonizar ante la falta del tiempo, mejor organizar el tiempo disponible.

La clave es realizar un plan:

  1. Definir mi meta
  2. Visualizar exactamente lo que quiero alcanzar (sin términos vagos)
  3. Especificar mi deseo y añadir la cantidad del tiempo que tendré que emplear para alcanzarlo
  4. Preparar una serie de plazos, para realizar cada paso por separado de mi plan. Cuántas más pequeñas sean las unidades en las que se subdividirá mi plan, más fácil será cumplirlo.

Es importante ajustar los plazos estrictamente y sólo hacer una cosa a la vez, para llegar a la excelencia en mi trabajo.

Un calendario diario puede ayudar bastante en planear las actividades de cada día. Con escribirlo todo, y después olvidarlo hasta que llegue la hora de hacerlo se ahorra las preocupaciones por ellos, antes de realizarlos.

¿Cuánto vale mi tiempo?

Mi ingreso activo dividido por las horas que dedico a ello= el valor de una hora de mi trabajo.

Para aprovechar bien el tiempo –y así ahorrar dinero- comparto con vosotros algunos consejos muy útiles de seguir:

  • Evitar ejecutar tareas rutinarias que pueden ser realizadas por otra persona, cuyo tiempo sea menos valioso. La incapacidad de delegar trabajo, nos puede hacer tropezar.
  • Otra manera eficaz de aprovechar el tiempo es tratar de evitar la rutina. Siempre es aconsejable comprobar, si un procedimiento puede ser llevado a cabo de otra manera, dando el mismo o mejor resultado que antes y en menos tiempo.
  • Es importante considerar cada día, qué cosas son realmente esenciales, y colocar las cosas más importantes primero.

 

Yo pienso, que el tiempo es nuestro y tenemos derecho a decidir hasta qué punto lo aprovechamos. Lo que puede ser una pérdida de tiempo para otro, para mi puede significar algo valioso, por lo tanto, gastar mi tiempo en él, no me va a parecer una perdida, sino un rato bien aprovechado. El concepto que tenemos del tiempo es ahora, el presente. El hecho de pensar mucho en el pasado y revivir experiencias que no se pueden cambiar o repetir, me parece totalmente inútil o sea una pérdida del tiempo.


Según mi opinión, en su tiempo personal y en su tiempo libre en cambio, uno tiene que ser más flexible, permitirse el lujo de disfrutar sin mirar el reloj y hasta caminando a una cita, parar un momento para acariciar un perro abandonado o detenerse para admirar la belleza de una flor creciendo al lado de sus pies. Además, las relaciones humanas para mi tienen prioridad en cualquier circunstancia. Y no estoy hablando de las quejas, chismorreos o distracciones, sino de la atención, que merece cada persona incluso en el trabajo y no sólo como trabajador, sino como ser humano.


Disfruta de este mismo momento, saboréalo, vívelo con intensidad y cuando termine,  déjalo pasar para poder aprovechar el siguiente al máximo.