"No es suficiente saber, también hay que aplicar. No es suficiente querer,también hay que hacer" - Goethe

lunes, 2 de septiembre de 2013

Todo el mundo es digno de elogios


Todos tenemos algo que sabemos hacer muy bien, que aprendemos y aplicamos con facilidad. Algo que nos hace sentir orgullosos de nosotros mismos, algo en lo que creemos que tenemos talento. El problema es que muchos de nosotros, nos pasamos la vida buscando ese algo, tensos e impacientes, algunos casi desesperados, como si encontrarlo fuera la única oportunidad de demostrarnos a nosotros mismos y al mundo entero, que merecemos el reconocimiento, el feedback positivo. Además, deseamos tanto oír esas palabras de apreciación y notar esas miradas de estimación, que al perseguirlos, nos olvidamos completamente de nuestros numerosos puntos fuertes  y buenas acciones diarias, que tienen mérito también. Pero nosotros mismos los ignoramos o subestimamos demasiado y gracias a ello, nadie se da cuenta de que existen en absoluto o simplemente los ven como si fuera algo natural, que ni siquiera es digno de estar mencionado.



Ya te dije algunas veces: ¡apréciate, quiérete! Los otros te ven como tú te ves a ti mismo y se comportan contigo, como tú te comportas contigo mismo. Observa, descubre y cree todo lo bueno que hay en ti, no te limites a enfocarte en un sólo punto fuerte, si puedes estar orgulloso de muchos más. Está bien encontrar tu vocación, el porqué de estar aquí, pero tú eres mucho más que eso y para que puedas demostrártelo, te sugiero que anotes (es importante que las escribas) al menos 10 características y/o habilidades que consideras positivas en cada área de tu vida (relaciones, trabajo, salud, ocio, finanzas, etc.) Te aseguro que al terminar tu lista, te vas a ver de otra forma, crecerás en tus propios ojos y si conviertes en un hábito leer tu lista (que se puede ampliar en cualquier momento) cada mañana, antes de empezar tu día, no sólo te sentirás más animado, sino que obtendrás el aprecio externo también que tanto deseas y que todos necesitamos y merecemos. De repente la gente se fijará en tus palabras y acciones positivas, en el esfuerzo extra, que realizas en el trabajo o en la familia, en las cosas, que te gustan de tu físico, y el cambio interno se convierte en reconocimiento externo, lo que reforzará tu autoestima y generará más cambios positivos adicionales en tu interior.

Suena bien, pero aún falta una cosa: admitir que todo el mundo es digno de elogios, no sólo tú. Es un avance muy grande, poder reconocer tus recursos, sin embargo, es importantísimo que seas capaz de verlos en las otras personas también. Que no sean escasas tus abalanzas. Nunca sabes cuando unas palabras amables pueden alegrar el día de alguien, cuando le pueden dar la motivación para dar un paso más hacia su felicidad. Dar, empieza con poco.
Quien dice que no tiene nada que dar se equivoca, tiene mucho más de lo que cree; de hecho, tiene justo lo que el otro necesita. 

Da ánimo, reconocimiento, amabilidad, reparte amor entre las personas con las que estás y verás cómo descubrirás otro registro de la felicidad, algo que no conocías hasta ahora. Las cosas más valiosas son gratis, pero no porque no nadie pagaría por ellas, sino porque su valor es incalculable, simplemente no tienen precio.
No me crees, ¡inténtalo y experimenta por ti mismo el poder del elogio!